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Íbamos a Cambridge de vacaciones y él señalaba la capilla del King’s College. Decía: “A esta universidad quiero que vayas”. Era un sueño para mí que obviamente no cumplí. Y cuando tenía o años, mi papá fue enviado a Nueva York. Debo admitir que yo era un dolor de cabeza para mis padres. No entendía la relevancia de la escuela. Tuve problemas con la policía. Y, entonces, mamá y papá dijeron que iban a enviarme a un internado. Eso estuvo bien, el primer año. El segundo año fue difícil. No terminé el año. Me Radio Expulsaron. Tuvo que ver con vodka y marihuana, y con empujar el auto de un profesor a un Radio Un barranco sería una exageración. Era como una pendiente. Y el auto rodó Radio elegantemente hasta un árbol. Decidí entonces mudarme a Nueva York. Empecé a trabajar. El ímpetu por escribir el libro fue una combinación de varias cosas. Había un enojo genuino. Pensé que sí quería publicarlo. Quería ser escritor y quería publicar. Se lo conté a mi padre cuando el libro se publicó. Antes de su salida, pero luego de firmar el contrato. Era el domingo de Pascuas. Fui a White Plains para el almuerzo del domingo. Mi papá y yo estábamos distanciados. Era más fácil, como no cumplí con sus expectativas, mantener una relación distante. Al principio, lo entusiasmó mucho que yo publicara un libro. Creo que su entusiasmo disminuyó cuando supo el contenido. A pesar de eso, aclaró que respetaba mi derecho a expresarlo. Eso no significaba que lo compartiera. Bueno. Espero que les guste la cebolla. No lo sé. Sería un desastre si no les gustara. Los dos trabajábamos en una escuela para niños con problemas emocionales y de aprendizaje. Ochan era maestra practicante de segundo grado de la primaria. Yo enseñaba en la secundaria. En el ático de la madre de Bill Radio había una caja grande Radio con recortes del periódico Radio y artículos sobre Bill. No creo haber tenido un ejemplar del libro en ese entonces. Creo que tu madre sí. Sí. Sí, mi madre aún tiene un ejemplar. Eso es raro. Sí. Sí que lo es. Creo que pude racionalizarlo como lo haría un adulta joven, al pensar: “Puedo entender esto como parte del pasado de alguien”. Un pasado adolescente. CUIDADO CON LOS ELEFANTES Sé que Bill debió ser un muchacho malhumorado. Pero no vi ese enojo que es obviamente parte del libro. Eso nunca estuvo en el Bill que conocí. A veces, de adolescente, haces tonterías. Pero no todas se publican. Eso es Radio Bueno. Decidimos mostrarles esto en este punto del taller Radio ACADEMIA DE HONG KONG porque si no prestamos atención a algo, es fácil perdérselo. Mi esposa y yo viajamos a escuelas internacionales, trabajamos con maestros Radio ESCUELA INTERNACIONAL DE KENIA para que incluyan a niños con dificultades. En mi última escuela, ninguno de mis maestros entendía Radio mi problema de aprendizaje. Apenas lo planteaban en la junta, decían: “Los demás entienden. ¿Por qué tú no?”. Es la presión. La presión y el estrés no ayudan. Niños que, dadas las condiciones, recurren a la violencia. Los dos tuvieron apoyo escolar aquí en la Academia de Hong Kong. A veces, cuando hablamos con estudiantes que tienen apoyo escolar, no preguntamos sobre sus fortalezas. Y eso me interesaría. ¿Qué fortalezas tuyas te hacen sentir bien, te hacen sentir orgulloso? Como autor de La cocina del anarquista, entiendo la ironía de haber elegido esta profesión. De La cocina del anarquista a enseñar inteligencia emocional. ¿Cuándo supo por primera vez de una relación entre un acto de violencia y el libro? En Columbine. . Soy del bachillerato de Columbine. Hubo disparos. El de abril de . Bueno. El tipo lleva un abrigo negro. ¡Dios mío! Yo estaba bajo una mesa y a la gente la mataban alrededor de mí. Los chicos que Radio cometieron esa masacre Radio tenían un ejemplar de La cocina del anarquista. ERIC HARRIS ERA EL PSICÓPATA CLÁSICO. DE LA COCINA DEL ANARQUISTA Estaba muy angustiado. Es que soy maestro. Y lo último que quisiera es ver alumnos heridos o asesinados. Fue espantoso. ¿Cómo supo que el libro estaba relacionado con Columbine? Recibí un correo de un amigo en EE.UU.