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¿Quién es ése? Ted, ¿Quién crees que es, amigo? ¿Cómo vamos a atraer su atención? ¡Haciendo el signo del Diablo, amigo! ¡Oye, Diablo, amigo! ¡Aquí! ¡Aquí, amigo! ¡Los dos de acá abajo! ¡Grandulón! ¡Aquí abajo! Amigo, ésto no me gusta. ¡Excelente! Larguémonos de aquí, amigo. Si me muero, te dejo mi colección de discos. ¡Pero si ya estamos muertos! Bueno, entonces, ya son tuyos. Gracias, amigo. ¿Qué tal, Belcebú? ¿Podemos irnos? Se pueden ir. ¡Gracias, amigo! ¡Hablan mal de tí, pero en realidad eres un buen tipo! ¿Dónde estamos? No lo sé. Podemos intentar uno de esos túneles. Amigo, ¿Dónde estamos? No lo sé. Podemos intentar una de éstas puertas. ¡Tú primero, amigo! ¿Dónde estamos? ¿Quién es ése? ¡Es el Coronel Oats! ¡No! ¡Caballeros! Bienvenidos al infierno. Ni hablar. ¿Qué? Ni hablar, señor. Ustedes dos. Van a hacer lo que les ordene a partir de ahora. ¿Queda claro? ¡Sí, señor! ¡Amigo! ¿Qué? ¡Sí! ¡Amigo! ¡Señor! ¿Qué? ¡Sí, señor! ¡Señor! ¡Amigo! ¡Al piso! Y hagan infinidad de flexiones. Estúpidos, patéticos, imbéciles. Amigo, no podemos hacer flexiones por toda la eternidad. Tal vez si dejaras de hacerlas estilo chica. Payasos. Insignificantes, insectos, despreciables, cobardes. ¡No son fuertes! Son chiquillos mimados. Y la seda procede de los traseros de los gusanos chinos. Amigo, tenemos que salir de aquí. Totalmente ¡Vuelvan aqui! Esto es nuestro propio infierno. Separémonos. Le será más difícil atraparnos. ¿Qué pasó? Qué pasada. Feliz cumpleaños a ti… Feliz cumpleaños a ti… Feliz cumpleaños querida abuela… Feliz cumpleaños a ti. La abuela S. Preston. ¡No puede ser! Para Deacon. ¡Theodore! Has hecho llorar a tu hermano. ¿Tienes un beso… para la abuelita? ¡Ted! Vamos. Robaste la cesta de pascua de Deacon. ¡Ni hablar! Eso fue hace diez años. ¡Ven aquí! ¡Qué mala suerte! Elijan su eternidad. ¡Elige la tuya, maricón! ¡Diabólico monstruo rojo y feo! ¡Morirán! Hola, nenitas. ¡El infierno apesta! ¡Definitivamente! ¡Salamandras de pezuña partida! ¡La cesta de pascua de Deacon! ¡Vengan acá! ¡Sólo quiero un besote! ¡Sólo hay una salida, amigo! Tenemos que jugar contra la muerte. Elijan su juego. Pero si pierden… Se quedarán en el infierno para siempre. D-. Agua. B-. Agua. C-. Tocado. Amigo. Lo sé. J-. Tocado. Hundieron mi buque acorazado. ¡Excelente! ¡Sabía que lo colocaría ahí, amigo! ¡Bien pensado, Ted! Deben jugar otra vez. A dos de tres. ¡No puede ser! Si puede ser. ¿Qué hace? No lo sé. Lo hizo el Coronel Mostaza en el estudio con el candelabro. Lo siento, Muerte, has perdido. Fué el Profesor Ciruela. Dije Ciruela. No, dijiste Mostaza. ¿Podemos regresar ahora? A tres de cinco. No lo puedo creer. ¿A siete? ¡Exacto! Mano derecha, verde. Mano izquierda, rojo. Pie derecho, verde. Pie derecho. Ahora, ¿Qué? Los… llevaré de vuelta. Has jugado bien, Muerte. Teniendo en cuenta la ropa tan pesada que llevas. No sean condescendientes. Lo que tú digas, amigo… Pero debes aprender a perder con deportividad. Por aquí. Ahora podemos salvar a las chicas. Pero cuando volvamos, ¿Cómo derrotaremos a los otros “yos”? Son más fuertes que nosotros, y más listos.