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Jew Sties Más tarde sería la ruina de este actor alemán más moderno y naturalista. Nunca lo superó. ¿Qué clase de persona eres? Tengo buen corazón. Solo necesita ser descubierto. El pánico se cierne sobre nosotros, caballeros. ¿Sabes lo que eso significa? ¿Pánico entre dos millones de personas? Pánico y razón de estado, censura de prensa y policía secreta. Una dama desaparece, en medio de París. El periódico ha sido prohibido. La policía ha cerrado las impresoras. La hija tiene un rudo despertar que se convierte en una pesadilla. La búsqueda de su madre es en vano. Choca contra un muro de silencio. ¿Madeleine Lawrence? No. No. No, madame, ella no está aquí. Una película de incertidumbre en las producciones alemanas por lo demás excesivamente ciertas. Un gran cine negro, hecho en la Alemania nazi. Es la patria de tu madre la que te presta este servicio. Al final ella se rinde, no tiene otra opción. Ese es el mensaje de esta película de devoción. Fue la pieza revolucionaria de Veit Harlan. Harlan era un autor, un cineasta cuyas películas tenían su caligrafía específica. Pero también fue un nacionalsocialista, ya sea por oportunismo o por convicción es irrelevante. Su compromiso con los nazis es parte integral de su trabajo. No se puede reducir a solo una parte. Ningún otro cineasta ha hecho películas tan pérfidas a un nivel tan alto. La hija cuyo mundo está patas arriba en Verwehte Spuren Fue interpretada por la sueca, Kristina Söderbaum. Ya en esta película Veit Harlan le dio a su nueva estrella radiante una gran escena, un momento cinematográfico atemporal donde el cine se celebra a sí mismo y su poder tentador como fábrica de sueños. Seraphina. Fernand. Un año después, Harlan se divorció y se casó con Söderbaum. En todas las películas posteriores que hizo durante El Tercer Reich ella jugó el papel principal. Söderbaum tenía la mezcla perfecta de inocencia, pureza y devoción entre lágrimas. para adaptarse al ideal alemán de la época. Ella era la encarnación perfecta de la perversión nazi: una rubia nórdica que en las películas de su marido siempre estuvo predestinado al autosacrificio.